Cuatro B Corps que luchan contra la crisis climática
A medida que la emergencia climática continúa dominando las preocupaciones sobre el futuro de nuestra sociedad y el planeta —con el aumento de las temperaturas globales o los crecientes incendios en la Amazonia—, muchas empresas siguen actuando por el planeta. Y no sólo para reducir el daño ambiental, sino para revertirlo y lograr un planeta más sano y saludable.
Pero… ¿cuáles son los nombres de las organizaciones que se preocupan por su huella ambiental y qué están haciendo para mejorar su impacto en el planeta? Hoy, os mostramos cuatro ejemplos de compañías B Corp que cuidan nuestro planeta y mejoran su impacto ambiental con la ayuda de la Evaluación de Impacto B.
1. HOLALUZ
Hay conversaciones que contribuyen a mejorar el mundo y una de ellas es la conversación de amigos en un bar que dio lugar a Holaluz. Estos amigos eran Carlota, Ferran y Oriol que al salir de las clases de su MBA en IESE fueron a un bar a tomar unas cañas. Y allí, “tomando cervezas y pensando en un mundo mejor” fue cuando surgió la idea de crear una comercializadora de energía verde. Todos ellos tenían experiencia en el sector eléctrico y decidieron poner en marcha la semilla de Holaluz, que se convertiria en la primera eléctrica europea en ser B Corp.
Hoy Holaluz lidera la transición energética, conectando a las personas a una energía 100% verde y renovable y trabajando para que el autoconsumo sea el estándar energético en los próximos años. Estos son sólo algunos de sus indicadores de impacto:
Más de 40 millones de personas pueden beneficiarse de la energía verde con un ahorro mensual medio del 15%, gracias a la campaña La Revolución de los Tejados
1.879 instalaciones fotovoltaicas en España
100% de la energía de origen renovable
2. TOO GOOD TO GO
¿Sabías que tirar una sola barra de pan equivale a emitir el mismo CO2 que un coche tras recorrer un kilómetro? ¿O qué desperdiciar un plátano equivale a trece minutos de agua desperdiciada por un grifo abierto?
El desperdicio de alimentos es uno de los grandes contaminantes de nuestro planeta. Con más de 1.600 millones de toneladas de comida desperdiciada cada año, no solo se están desaprovechando todos los recursos naturales utilizados para la producción de comida, sino que se están causando entre el 8% y el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Combatir el desperdicio de alimentos es hoy una de las soluciones más eficaces para frenar el cambio climático y estar más cerca de las cero emisiones. De acuerdo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, para 2030, debemos reducir a la mitad el desperdicio de comida. Sin embargo, a día de hoy, apenas ha habido acción al respecto por parte de los países.
Es por eso que, desde 2016, Too Good To Go lucha por un planeta en el que la comida no se tire y trabaja cada día para inspirar y empoderar a todo el mundo para combatir el desperdicio alimentario. ¿Cómo? Haciendo que comida de calidad, alimentos frescos cuya vida útil está a punto de finalizar, pueda tener una segunda oportunidad antes de terminar a la basura. A través de su app, conectan a usuarios con miles de establecimientos que venden su excedente de comida diario a precio reducido y así evitar el desperdicio. Estos son algunos de sus hitos:
Más de 50 millones de packs salvados en apenas dos años
Una comunidad con más de 29 millones de Waste Warriors
Más de 60.000 establecimientos unidos en contra del desperdicio
Más de 125.000 toneladas de CO2 ahorrados en todo Europa, lo que sería el equivalente a realizar 24.606 viajes alrededor del mundo
3. FLOR DE DOÑANA
Flor de Doñana nace de la pasión por la agricultura y el cultivo de frutos rojos de la forma más respetuosa posible con nuestro querido entorno. Juan María, su fundador y actual CEO metió literalmente un montón de fresas de su primera cosecha, hace 21 años, en una maleta y se fue para Alemania, a Biofach, la feria europea más importante en productos ecológicos, y allí hizo sus primeros clientes, hoy en día, amigos.
Su día a día trata de algo muy sencillo: conseguir cultivar unos frutos rojos excelentes, cuidando del suelo y el entorno, utilizando la menor cantidad de agua posible, produciendo un impacto medioambiental cada año más pequeño; mientras damos oportunidades dignas de trabajo a más de 400 familias. Y es que todos los empleados de Flor de Doñana son amigos, vecinos y familiares del mismo pueblo.
¿Y qué hace exactamente esta empresa para revertir la emergencia climática?
Mide anualmente su Huella de Carbono para saber qué impacto real tiene su actividad agrícola en el planeta y poder acercarse un poco más cada año a la Huella de Carbono Neutral.
Mide su Huella Hídrica: “¡No se malgasta ni una sola gota de agua! —recuerda su Directora de Comunicación, Alba Rodríguez— Para ello, contamos con los últimos sistemas informáticos que nos proporcionan información cada 15 minutos sobre el estado de humedad del suelo”.
Apuesta por la Agricultura Regenerativa con la ayuda de seis burritos adoptados de la protectora Internacional “El Refugio del Burrito”, una especie digna de ser cuidada e integrada de nuevo en el campo, ya que con su sola presencia aportan muchas ventajas a los campos.
4. ECOALF
“Quería crear una marca de moda realmente sostenible y pensé que lo más sostenible era no seguir utilizando los recursos naturales del planeta de manera indiscriminada, para garantizar la satisfacción de las necesidades de las futuras generaciones. El reciclaje podría ser una solución si éramos capaces de crear una nueva generación de productos reciclados con la misma calidad y diseño que los mejores productos no reciclados”, constata Javier Goyeneche, fundador de ECOALF. Diez años más tarde, la misión y visión de esta marca de ropa B Corp siguen intactas y con mayor fuerza y transparencia que nunca.
ECOALF hace frente a la emergencia climática con su modelo de negocio, caracterizado por apostar desde sus inicios por la utilización de materiales de origen reciclado y reduciendo así el impacto medioambiental de todos sus productos. UPCYCLING THE OCEANS es su proyecto más ambicioso y revolucionario. Nació en el año 2015 y tiene un triple objetivo: eliminar de nuestros océanos los desechos que dañan los ecosistemas marinos, dar una segunda vida a los residuos recuperados a través de la economía circular y concienciar sobre el problema global que supone la basura marina. A día de hoy el proyecto ya está presente en más de 40 puertos españoles, en Tailandia, Grecia, Italia... con el objetivo cercano de expandirnos por todo el Mar Mediterráneo.
Estos son algunas de las cifras de impacto de esta compañía:
Más de 700 toneladas de basura sacada del fondo del mar
Más de 200 millones de botellas de plástico convertidas en prendas de alta calidad
Más de 300 instituciones educativas alrededor del mundo con las que ECOALF ha compartido su compromiso
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